Debo comenzar haciendo una confesión, soy una
persona un poco caprichosa, pero siempre me motiva algo en particular, en este
caso no sé qué exactamente lo que me motiva, puede ser mi necesidad de
compartir algo que marca mi vida constantemente, voluntad divina, o simplemente
otro capricho mío, le dejo al lector la opción de elegir entre esas tres.
Cuando hablamos de vocación nos referimos a un
llamado que sentimos hacia algo determinado, en este caso el servicio a los demás
motivados por un amor inmenso que emana de DIOS, un sentimiento que se hace
grande en tu corazón y solo queda compartirlo, es un motivo para ser feliz y
tratar de hacer la vida más agradable a los demás, podría decirse que uno lo
elige, así como elegí mi carrera la cual amo, también el servir sería una elección
de vida.
La verdad es que ser católico comienza de manera
muy accidentada, me bautice y comulgue gracias a la insistencia de mi Madre, la
catequista solía decir que yo era muy talentoso cuando me interesaba algo, del
resto era muy apático, mi Madre solía decir que yo era así, sencillamente hacia
lo que quería, y definitivamente pasar sábado
y domingo en una iglesia acalorado aprendiendo oraciones y ritos no era mi idea
de un fin de semana agradable, luego de eso, conocí una chica maravillosa
llamada Clara y su familia, la cuales con mucha insistencia y muchas peleas con
Clara lograron hacer que fuera a misa, la verdad, iba porque su Mamá cocinaba
delicioso y siempre me quedaba en su casa luego de misa, cuando nuestra
relaciones terminaron, deje de ir… ya no había más comida, pero por cosas de
DIOS, una muy querida amiga llamada Vanessa, tenía una dichosa calculadora, y
por insistencia de mis Padres me daba la tarea de ir a buscarla, ella era
servidora del altar en una iglesia ubicada en los bloques llamada San José
Obrero, por su constante descuido y falta de interés en buscar bien donde
estaba, me hizo ir muchas veces, me quedaba a la misa solamente para esperar
que saliera, mi paciencia solo era comparada con el gran amor que le tengo,
pero el para entonces párroco de la iglesia el Padre Pedro Moya, hablaba con pasión
del evangelio, con tanta pasión que sentí que escuchándolo aprendería muchas
cosas, era como ver el evangelio reflejado en mi vida, y de esa manera tan
accidentada llegue a la iglesia, definitivamente no fue mi elección llegar,
pero si quedarme, y recupere mi calculadora.
Para ese entonces tendría 17 años, estaba entrando
a la Universidad de Oriente por Administración, recuerdo que un joven llamado Vicente, me
invito a una reunión que solían hacer los jóvenes de la iglesia, asistí porque
estaba allí mi amiga Vanessa, sinceramente pensé que era una de las maneras más
aburrida que tenia de perder el tiempo.
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| Pascua Juvenil Kairoi 2011 |
El servicio en mi vida es definitivamente un
privilegio, me ha dado la oportunidad de hacer cosas que creía imposible, ir a
lugares impensados y conocer personas maravillosas, no comenzó como opción de
vida, se hizo parte de mi vida, es un sentirme pequeño con un corazón muy
grande y vacío, sentir como ese corazón se va llenando y las cosas a tu
alrededor también cambian, porque tu cambias, tu disposición por ayudar a los demás
es distinta, no existen quejas cuando el servicio nace del amor, solo quieres
hacerlo lo mejor que puedas en las condiciones que sean con las personas que estén,
si es de ir a llevar el evangelio, no es sencillamente hacer una lectura, es
dar una palabra de aliento, escuchar a aquel que esta agobiado, darle una
sonrisa al afligido, visitar al abandonado, ¿Qué sentido tiene llevar una buena
noticia si no va alegras a la persona que la recibe?
Un año después tuve el privilegio de servir tal
como lo hicieron conmigo en el retiro, aunque yo siento que no fue la gran cosa
la que hice, me motivaba ver el cambio de las personas, llegan renuentes a
todo, y poco a poco entienden que es un regalo, si lo aceptas está bien, sino
ya encontraras el momento, pero cuando comienzas a aceptarlo, tu comienzas a
cambiar, y ser parte de ese cambio en personas a las cuales no conocía, era mi
mayor motivación, ser parte de un momento trascendente en la vida de una
persona, es una experiencia que se queda corta.
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| Enajo 2012 Foro de Valencia |
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| ENK 2013 |
En el 2013 fue la oportunidad del Encuentro nacional Kairoi, al igual que la experiencia pasada, la evangelización me marco mucho, era una persona muy tímida, ir a casa de personas que no conocía , en un lugar extraño, las cuales se sorprendía con mi forma de hablar porque no era de la región, y sin embargo, con todo eso eran capaces de invitarnos a su hogar a hablar, el amor fraterno que se tenía, parecía que los km de distancia entre las extensiones hermanas eran imaginario, abrazos llenos de lágrimas, definitivamente no entendía como en la distancia se mantenían amistades, pero una de las cosas que me marco, fue ver a un joven llegar descalzo por regalar sus zapatos a un niño que estaba descalzo, y llegar con una sonrisa y alegre, ¿el amor por los demás puede llegar a esto?
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| Pascua Juvenil 2014 Piritu |
Del ENK 2014 entendí las lágrimas cuando vi a las
personas con las que había tenido el privilegio de servir en ese mismo año, con
varios meses sin vernos, se siente que el corazón se sale del pecho, vi los
frutos de ser más sociable, comprendí que la belleza del camino no solo está en
andarlo, también está en disfrutar las compañía que por breves momentos están a
nuestro lado y aprovecharlas como si no existiera mañana.
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| Alistandonos para el Festival Mariano Maria Modelo de Juventud |
aquí? Viajes, sentimientos que no entendía, lágrimas de felicidad que se escapaban de un corazón acostumbrado a ser frio, tenía un proyecto, el cual entre por obligación, una hermosa joven llamada Diana, con una dulzura increíble me hizo entrar en Santa Teresita Del Niño Jesús, la única agrupación católica en la universidad, ya a mediados de carrera, es a esto a lo que me refiero con hacer cosas que son imposibles, organizar un festival mariano, ferias estudiantiles, pesebres, y conocer a unas jóvenes que son en mi vida mi gran tesoros y parte de mi familia, al grupo se anexaron unas Misioneras Eudistas, las cuales son incansables y cada una es un caso especial, una de ellas me invitaría a una experiencia que me haría ver la vida de una forma distinta, Santa Teresita para mí fue el reto más grande que he enfrentado en mi vida, ser el coordinador, las cantidad de actividades que hacíamos y ver que aun cuando éramos pocos a pesar de haber muchos católicos en la universidad, era un sentimiento de nadar en contra corriente, era el despertar del servicio, el lado oculto, ese amor se prueba en las
dificultades, cuando visualizas el futuro y ves montañas altas, luchas por alcanzar la cima, y ves que esa era pequeña en comparación con la que viene, es abrumador, saber que existen muchas personas que te pueden ayudar, que podrían aportar una ayuda importante, y sin embargo te dan la espalda, quizás lo difícil de este servicio en la universidad era aprender a evangelizar en una iglesia, y ver a muchos que no querían salir del salón de clase de la parroquia, el dar esa buena noticia que es el evangelio se hace tremendamente difícil cuando lo haces en un lugar donde te conocen, la universidad es uno de los ambiente menos fértiles para que se vean actividades religiosas,
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| Festival Mariano Virgen Misionera de la |
Una de mis hermanas misioneras Eleinis, me hizo la invitación
a misionar a temblador, en diciembre, a lo cual, aun me pregunto porque acepte,
sin embargo, el ir a un lugar que no conocía, recuerdo llegar el primer día,
llegamos el Padre nos dejó a mí y a otro joven misionero y nos dijo “Ustedes ya
saben que hacer” mi cara de
desconcertado era única, el pueblo se llama Mantecal, un lugar calurosos, lleno
de arena, con una población no muy numerosa pero bastante humilde, sin señal en
ningún lugar, probé en todos los lugares que me dijeron que había señal, jamás había
odiado tanto mi teléfono inteligente, las personas que estaban a cargo de
nosotros eran de avanzada edad la Sra Alba, nos recibió con una sonrisa única,
como si hubieran llegado sus hijos, su esposo, nos prestó su humilde hogar, y
nos dio su habitación para que descansáramos todos los días que íbamos a estar,
yo pedí una hamaca por temor a una garrapata, pensaba para mis adentros, “¡Quien
rayos me mando para acá!” pensaba en mi novia Diana, en el hecho de que no podía
comunicarme con mi familia ni con ella, y trataba de no odiar a Eleinis por
eso, fueron unos días maravillosos, el
ir en la mañana a evangelizar en medio
del sol y la arena, no era tan agradable a pesar de que nos atendían con
receptividad, pero en las tardes, el compartir con los niños, pintar, jugar y
ver como se les iluminaban los ojos al vernos, si en ellos no estaba DIOS, no sabría
donde más buscarlo, ellos eran la razón de nuestro esfuerzo,
DIOS no solo está
en el templo, el toca la puerta de sus hijos de muchas maneras, los niños en
medio de sus carencias y muchas necesidades, siempre nos brindaban la mejor de
sus sonrisas, daba sentimiento porque incluso con lo poco que tenían se
alegraban de compartirlo con nosotros, esos días comprendí que ser feliz es una
decisión, DIOS nos permite ser verdaderamente felices en el servicio, así
estemos en la más profunda de las necesidades, no importa el donde, él te lleva
a vivir grandes aventuras estés donde estés, estés con quien estés, cuando
llegue a mi casa el 24 de diciembre, sentí que parte de mi ser se quedó con
ellos.
He vivido muchas cosas en el camino, la mayoría de ellas no han sido mi decisión, pero si algo me
hace sonreír solo con pensarlo son mis dos años de servicio en Santisima Cruz, si esos niños supieran cuanto los amo, ellos son una razón sincera para querer ser mejor, es mi última lección del servicio, yo he trabajado en mi formación, en un principio necesitaba consejos, luego los daba, necesitaba comprensión, luego comprendía, necesite amor, y luego daba amor, pero nunca llegue a ver los frutos de mi servicio, a los niños de Mantecal, aun cuando me mandan
saludo con los misioneros, no los he vuelto a ver,
a mis hermanos de Piritu, tampoco los veo de seguido, aunque tengo un ángel
en Piritu que siempre me cuida y está pendiente de mí, no solemos tener una comunicación
diaria, sin embargo, Santisima Cruz, yo los vi crecer, formarse, y luego ser
ellos servidores, tener el privilegio de servir con quienes yo le servir, es
saber que todo ese amor que tu das al mundo inspirado por DIOS, se multiplica,
estoy eternamente agradecido con DIOS por permitirme vivir con ellos su
crecimiento, a pesar de no visitarlos por mi constante formación profesional,
mi corazón se acelera cuando pienso en esos hermosos jóvenes, lo que me lleva a
la lección más hermosa, el amor de DIOS se multiplica aun cuando no lo veas, el
servicio es dar un amor que no cae en sacos rotos, cada una de las personas a
las que le sirve se merece esa especial atención, ese amor incondicional, no
importa cuantos se sientan llamado a servir, lo importante es que aun cuando no
los veas, ellos van a seguir multiplicando el amor que tú le das en tus obras,
ese amor que tu recibiste alguna vez y cambio tu vida, ahora te da la oportunidad
de tocar la vida de otras personas, no sé
tú, pero para mí eso vale la Vida.
Nuestra vida debe ser como el evangelio, una buena
noticia, una forma de llevar a los demás ese amor incondicional de DIOS, que
las palabras sean el complemento y nuestra actitud el plato principal, mi mayor
lección de caridad me la dio una hermana llamada Milagros, que durante la
semana santa mientras desayunábamos preparándonos para una larga jornada, le
dio el desayuno a un hombre que vivía en la calle, sin pensarlo, sin dudarlo,
solo lo hizo, y sonrió como siempre, siempre hay más alegría en dar, que
recibir, y DIOS me lo recuerda a cada momento, y no se cansa de enseñarme, esa
hermosa joven que hizo eso, hace 5 años estaba en el retiro que cambio mi vida,
y hoy, después de ser amigos, esta enseñándome una lección después de tantas
aprendidas..
La mejor manera de conocerte, crecer y tener una
vida llena de cosas por la que dar gracias, es vivir un servicio lleno de amor
y no pensar mucho, Jesús es un aventurero de primera, con el harás de todo
menos aburrirte, conocerás tus limites, enfrentaras tus miedos, conquistaras
tus metas, te romperás tú mismo para poder ser mejor, para dar un servicio
mejor a los demás, para tener más amor que dar.
“Quien no vive para servir, no sirve para
vivir”
Madre Teresa de Calcuta.












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