jueves, 5 de enero de 2017

Olvidar, un mal necesario

“No se puede ser feliz y tener buena memoria al mismo tiempo”

El tiempo pasa sin esperar por nadie, aun cuando el viaje en el  tiempo no se ha inventado, siempre podemos revivir el pasado en nuestras memorias, pensar que en el ayer, las cosas eran mejor o tal vez culparnos por aquello que pudo ser, pero no fue.

Incluso, poder perder la perspectiva del presente por afanarnos en el pasado, en decisiones erradas, en momentos penosos, que traemos de nuevo a la vida cada vez que los recordamos, escudándonos en el orgullo para hacernos los fuertes cuando las  personas nos hieren, buscando en un baúl lleno de un pasado inútil, el combustible que alimenta los resentimientos del día de hoy.

Así como se hace necesario la higiene para evitar enfermedades, se hace necesario hacer higiene mental, sacar lo malo, dejar lo bueno, curar nuestras heridas y seguir en nuestro presente, en tiempos de paz se evita la guerra, en tiempos de guerra se busca la paz.

Serenar nuestra mente para evitar conflicto, tener el objetivo claro de nuestras acciones para conseguir el éxito aun en conflictos.

Es saludable olvidar, perdonar, olvidar y dejar el agua correr, aprendamos que reteniendo el agua de la vida, no creamos lagos, sino charcas que mueren lentamente y se convierten en pantanos, donde con gusto nadamos cada vez que queremos recordar nuestras desgracias, la vida es el tiempo, el tiempo es la vida, no pretendamos retener el tiempo y quedarnos el pasado, lo mejor es lo que sucedió, no pudo ser de otra forma, no será de otra forma, lo único que puedes cambiar es el ahora para hacer un mañana mejor.

 Recordamos para no olvidar, sin embargo ¿nos hace felices?, incluso recordando las cosas buenas, podemos perder por un instante, que pasan maravillas delante de nuestros ojos, que podemos estar en otro lugar haciendo mejores cosas, el mundo espera grandes personajes que sean capaces de dejar su huella en el tiempo, esa persona eres tú, y estas pensando en lo maravilloso que fue el ayer, en vez de crear un mundo mejor hoy.

Disciplinemos nuestra mente, para enfocarnos en el presente, tomemos lecciones del pasado y apliquémosla en el cotidiano, avancemos, dejemos solo huellas en el pasado.

Solemos alimentar nuestros recuerdos, con sentimiento y emociones con escusas tan vanas como “no puedo evitarlo” “no puedo olvidarlo” sin saber, que nuestra mente es maravillosa y hace prodigios, solo tenemos que saber un gran secreto.

“Somos lo que pensamos, Cuando Pensamos lo que hacemos”

Dejar ir lo malo es una de las mejores maneras de olvidar, ten una conversación larga y deja salir lo malo, no lo dejes para ti, sal a entrenar con eso en mente y déjalo junto al cansancio y el dolor, no es tan difícil, nuestras memorias son buenas, y son útiles, pero se hacen inútiles cuando nos distraen del ahora, son como plantas que se alimentan de nuestra atención, solo que el presente, es la única que da frutos.

Imagina una gran torta de chocolate, con mucho relleno que al morderla se escapa de tus labios, mientras sonríes por el desastre que haces, pero no puedes dejar de disfrutar con el dulce y el amargo mezclándose en tu paladar, mientras disfrutas el momento, sin lamentar la mordida, sin pensar que terminara.

Así de simple, se distrae la mente evocando cosas buenas, no hay dulce tampoco amargo, pero el solo pensar en eso, ya nos hace sonreír.

Aceptemos quienes somos, continuemos nuestro camino, aceptando y olvidando lo malo, evocando lo bueno sin que sea una distracción, por bueno que fuera el pasado, el mañana puede ser mejor si trabajas en eso hoy, nuestras culpas, resentimientos muchas veces vienen del hecho sencillo, que no nos perdonamos a nosotros mismo, no nos aceptamos, entramos en conflicto con nuestro yo interno y buscamos distraer nuestra atención en un futuro incierto o un pasado, que ya paso.

Comenzar a conocernos, indagar sobre nosotros y sobre todo aceptar lo que somos, lo que hicimos sabiendo que tenemos nuevas oportunidades día a día, dejar de evadirnos y confrontar, que tal vez no soy tan perfecto, quizás, existe la posibilidad, de que necesite olvidar, dejar pasar, vivir y dejar vivir.

Puedes iniciar, cambiando la actitud al despertar, mirarte al espejo y preguntarte ¿soy feliz haciendo lo que hare hoy? Y cuando estés, donde debes estar preguntar ¿Realmente estoy donde quiero estar, soy feliz aquí?, la vida es una película, y tú eres el guionista, tus acciones, el protagonista… Lo que suceda con el protagonista, depende de que tan buena sea la pluma del guionista, las preguntas correctas, te harán buscar respuesta, que te hacen entender que aunque olvidar es difícil, es un mal necesario, para vivir plenamente, el regalo del día de hoy.



Un Agradecimiento especial a mi Madre Belkys de Marabay, quien fue la inspiración de este post, y me pidió que escribiera sobre ello.


“El Amor no conoce barreras, y cuando las conoces, no se puede llamar amor”


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