“No se puede ser feliz y tener buena memoria al mismo tiempo”
El tiempo pasa sin esperar
por nadie, aun cuando el viaje en el tiempo
no se ha inventado, siempre podemos revivir el pasado en nuestras memorias,
pensar que en el ayer, las cosas eran mejor o tal vez culparnos por aquello que
pudo ser, pero no fue.
Incluso, poder perder la
perspectiva del presente por afanarnos en el pasado, en decisiones erradas, en
momentos penosos, que traemos de nuevo a la vida cada vez que los recordamos, escudándonos
en el orgullo para hacernos los fuertes cuando las personas nos hieren, buscando en un baúl lleno
de un pasado inútil, el combustible que alimenta los resentimientos del día de
hoy.
Así como se hace
necesario la higiene para evitar enfermedades, se hace necesario hacer higiene
mental, sacar lo malo, dejar lo bueno, curar nuestras heridas y seguir en
nuestro presente, en tiempos de paz se evita la guerra, en tiempos de guerra se
busca la paz.
Serenar nuestra mente
para evitar conflicto, tener el objetivo claro de nuestras acciones para
conseguir el éxito aun en conflictos.
Es saludable olvidar,
perdonar, olvidar y dejar el agua correr, aprendamos que reteniendo el agua de
la vida, no creamos lagos, sino charcas que mueren lentamente y se convierten
en pantanos, donde con gusto nadamos cada vez que queremos recordar nuestras
desgracias, la vida es el tiempo, el tiempo es la vida, no pretendamos retener
el tiempo y quedarnos el pasado, lo mejor es lo que sucedió, no pudo ser de
otra forma, no será de otra forma, lo único que puedes cambiar es el ahora para
hacer un mañana mejor.
Recordamos para no
olvidar, sin embargo ¿nos hace felices?, incluso recordando las cosas buenas,
podemos perder por un instante, que pasan maravillas delante de nuestros ojos,
que podemos estar en otro lugar haciendo mejores cosas, el mundo espera grandes
personajes que sean capaces de dejar su huella en el tiempo, esa persona eres tú,
y estas pensando en lo maravilloso que fue el ayer, en vez de crear un mundo
mejor hoy.
Disciplinemos nuestra
mente, para enfocarnos en el presente, tomemos lecciones del pasado y apliquémosla
en el cotidiano, avancemos, dejemos solo huellas en el pasado.
Solemos alimentar
nuestros recuerdos, con sentimiento y emociones con escusas tan vanas como “no
puedo evitarlo” “no puedo olvidarlo” sin saber, que nuestra mente es
maravillosa y hace prodigios, solo tenemos que saber un gran secreto.
“Somos lo que pensamos,
Cuando Pensamos lo que hacemos”
Dejar ir lo malo es una
de las mejores maneras de olvidar, ten una conversación larga y deja salir lo
malo, no lo dejes para ti, sal a entrenar con eso en mente y déjalo junto al
cansancio y el dolor, no es tan difícil, nuestras memorias son buenas, y son útiles,
pero se hacen inútiles cuando nos distraen del ahora, son como plantas que se
alimentan de nuestra atención, solo que el presente, es la única que da frutos.
Imagina una gran torta
de chocolate, con mucho relleno que al morderla se escapa de tus labios,
mientras sonríes por el desastre que haces, pero no puedes dejar de disfrutar
con el dulce y el amargo mezclándose en tu paladar, mientras disfrutas el
momento, sin lamentar la mordida, sin pensar que terminara.
Así de simple, se
distrae la mente evocando cosas buenas, no hay dulce tampoco amargo, pero el
solo pensar en eso, ya nos hace sonreír.
Aceptemos quienes
somos, continuemos nuestro camino, aceptando y olvidando lo malo, evocando lo
bueno sin que sea una distracción, por bueno que fuera el pasado, el mañana
puede ser mejor si trabajas en eso hoy, nuestras culpas, resentimientos muchas
veces vienen del hecho sencillo, que no nos perdonamos a nosotros mismo, no nos
aceptamos, entramos en conflicto con nuestro yo interno y buscamos distraer
nuestra atención en un futuro incierto o un pasado, que ya paso.
Comenzar a conocernos,
indagar sobre nosotros y sobre todo aceptar lo que somos, lo que hicimos
sabiendo que tenemos nuevas oportunidades día a día, dejar de evadirnos y
confrontar, que tal vez no soy tan perfecto, quizás, existe la posibilidad, de
que necesite olvidar, dejar pasar, vivir y dejar vivir.
Puedes iniciar,
cambiando la actitud al despertar, mirarte al espejo y preguntarte ¿soy feliz
haciendo lo que hare hoy? Y cuando estés, donde debes estar preguntar
¿Realmente estoy donde quiero estar, soy feliz aquí?, la vida es una película,
y tú eres el guionista, tus acciones, el protagonista… Lo que suceda con el
protagonista, depende de que tan buena sea la pluma del guionista, las
preguntas correctas, te harán buscar respuesta, que te hacen entender que
aunque olvidar es difícil, es un mal necesario, para vivir plenamente, el
regalo del día de hoy.
Un Agradecimiento
especial a mi Madre Belkys de Marabay, quien fue la inspiración de este post, y
me pidió que escribiera sobre ello.
“El Amor no conoce
barreras, y cuando las conoces, no se puede llamar amor”




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