Hablar de la administración pública en
Venezuela es algo bastante interesante, estos años de Socialismo nos han hecho
pensar que todo lo que toma el gobierno, se vuelve ineficiente y colapsa sobre sí
mismo, a pesar de estar en un país petrolero y con un sistema tributario muy
eficiente en la recolección de los tributos.
Sin embargo no quiero caer en el tema de
la política, es bastante pesado y en cuanto política cada día me creo con más
fuerza que las personas ven lo que quieren e ignoran lo que no quieren.
Mi experiencia en la administración pública
primero en la universidad y luego en la alcaldía me han permitido ver dos cosas
que me indignan un poco, porque cuando hablo, me incluyo a mí como ciudadano.
La primera, la naturaleza de la administración
pública está destinada a generar el bien común con los recursos de todos, por
lo tanto su naturaleza suele ser deficitaria porque no se buscan tener
utilidades sino el beneficio de la colectividad, entonces su eficiencia no se
mide en cantidades monetarias sino en satisfacción, es bien entendido que es más
fácil controlar factores cuantitativos que cualitativos, pero la opinión publica
siempre se hace sentir por lo cual, el nivel de aceptación de las gestiones se
puede conocer, entonces con los fondos de todos, se busca el bienestar de
todos, sin embargo, cuando no se logra esto, somos más propensos a callar que a
exigir, y esto me lleva a lo segundo.
La segunda, no sabemos cuánto cuestan las
cosas y no entendemos de números, es decir, realmente no tenemos conciencia de
cómo se administra el patrimonio público, o buena parte de la población no
tiene idea de donde viene y a dónde va el dinero, que es suyo, pero como es de
todos, no le importa a nadie, nos conformamos con saber que la restauración de la escuela de la
parroquia costo 10millones de bolívares, pero ¿en que se gastaron? Y con esa
cantidad ¿se pudo hacer algo mejor?
En
definitiva, nos dejamos llevar por las grandes cantidades, pero no pensamos de
donde vienen y si se podrían destinar a cosas más útiles a la sociedad, nuestras
protestas se basan en satisfacciones no logradas, cuando ya ocurre el hecho, pero
cuando es evidente que las tuberías de aguas negras no funcionan como deberían
por falta de mantenimiento, pensamos ¿Dónde están las partidas destinadas a
esto? Y cuando lo arreglan pensamos ¿porque
se gasta más en reparando en vez de gastar menos con su mantenimiento?
Definitivamente no nos volvemos auditores
y le dejamos el trabajo a los mecanismos de control público como las
contralorías, pero pocas veces entendemos de esto o queremos entender, en
Venezuela para impulsar el transporte público y su eficiencia se tomaron dos
medidas, la primera usar Buses de mayor tecnología, más cómodos y de mayor
capacidad fabricados en China para luego ser ensamblados en Venezuela, segundo,
dar taxis a las personas para reducir los excesivos precios de estos servicios
y brindar una alternativa más solidaria a la ciudadanía, sin embargo, nos
preguntamos ¿es esto viable? ¿Los buses son un gasto o una inversión? ¿Ayudara
al estado a mejorar sus finanzas? ¿El dinero invertido en los taxis se espera
recuperar de alguna manera?
“La
elección democrática es un reflejo de la educación de un pueblo, el electo,
siempre será una fiel representación de la cultura de la nación” Daniel W,
Marabay
Sin embargo no puedo culpar al gobierno,
este es elegido de manera democrática y es nuestra responsabilidad como
ciudadanos juzgar su manera de actuar, pero más allá de eso, exigir respuestas
claras de lo que se hace con el patrimonio de la nación.
El pueblo espera un trabajo bien hecho,
sin embargo tenemos un defecto, no nos preocupamos por lo que es de todos,
porque a alguien le va a tener que preocupar y definitivamente ese alguien no
soy yo, pero todos pensando así, hace que una buena obra, se deteriore por mal
uso, que la basura sea lo que decore las calles y los pupitres de las
universidades queden en sus partes metálicas.
No nos preocupamos en saber si las
instalaciones son adecuadas para el fin que fueron diseñadas, solo nos
conformamos, no importa si en la alcaldías o gobernaciones trabajan en oficinas
claustrofóbicas y no tienen un comedor para la hora de almuerzo, si la
universidad pública dispone de suficientes aulas para la cantidad de alumnos, es
nuestra despreocupación la que hace que a nadie le interese lo que hace.
Pienso que los entes públicos deben ser
manejados como organismos privados, que buscan ser óptimos para cumplir sus
fines y mejorar sus utilidades, ellos saben que trabajadores motivados y
satisfecho es igual a un buen trabajo y buenas utilidades, que no van a hacer
estructuras de mala calidad porque a la larga va a ser más costoso, ellos
piensan en un futuro, y ese futuro lo ven en cantidades monetarias.
Si nosotros observáramos las cosas de
manera un poco distinta, en vez de bien común lo llamare utilidad, si observáramos
como se afecta nuestra utilidad con los subsidios, las casas y vehículos
regalados, las obras hechas a medias, los presupuestos desmesurados, los
aumentos salariales, nos colocaríamos las manos en la cabeza e exigiéramos que
se ¡invirtiera también en planes productivos!, el dinero no es eterno y
eventualmente vamos a quebrar.
Esto se traduce en, lo gratis sale caro,
es importante la vivienda, pero ofrece planes de pagos solidarios, ¿no tienen
con qué pagarlo?, ofrece trabajos, los subsidios son buenos, pero no vas a
solucionar la problemática del desabastecimiento con subsidios eternos, se
necesitan cantidades absurdas de dinero, es como tratar de llenar el océano con
dinero…
A medida que nos hacemos consiente de que
lo que se hace por la nación nos afecta a todo, que no somos rico y el gobierno
tampoco, el cual se maneja con créditos, prestamos, y se debate constantemente entre
como satisfacer a todos sin quebrar en el intento, empezaremos a exigir unas
cosas, y a reprochar otras, desearemos que nuestra administración publica
invierta 100millones en una empresa que genera empleos y beneficios sociales, y
las utilidades de esa empresa se usen para los gastos de ambulatorios o
escuelas, que en la restauración de una plaza.
Los gobiernos y políticas cambian a
medida de los años, hoy es socialismo, mañana puede ser un gobierno
capitalista, pero la cultura en la administración
de nuestro patrimonio no va a cambiar sino invertimos tiempo en educarnos y
educar a nuestros hijos a velar por lo que es de ellos de manera inteligente,
existen prioridades, no se puede aplaudir un carnaval cuando mueren personas
por falta de insumos en el hospital, independientemente de la postura política,
la manera en que la administración
pública se haga eficiente, es que nosotros seamos conscientes y educados en la
materia, entonces rechazaremos computadoras gratis, pero aplaudiremos un centro
de capacitación técnico, aprenderemos que la virtud de un gobierno esta en
garantizar nuestro bien común con lo que es nuestro, pero lo que fácil viene, fácil
se va, depende de nosotros luchar por verla que en lo que se invierte, nos
beneficie de la mejor manera y en el mayor plazo posible, solo de esa manera,
lograremos tener una administración eficiente, que mida sus acciones ante un
pueblo consciente.



No hay comentarios:
Publicar un comentario